Aciertos y desaciertos: Carlos Prío Socarrás (1948-1952)
Fue un defensor del respeto a la libertad de opiniones y de prensa, pero excesivamente tolerante con la corrupción y el pandillerismo político.
Carlos Prío Socarrás (Bahía Honda, Cuba, 1903-Miami, 1977) Abogado y político. Miembro destacado del Directorio Estudiantil Universitario que combatió a Gerardo Machado. Cofundador del Partido Revolucionario Cubano Auténtico (PRCA). Delegado a la Asamblea Constituyente de 1940. Senador de la República en dos oportunidades. Primer ministro de 1945 a 1947 y ministro del Trabajo de 1947 a 1948. Octavo presidente electo de la República, y último después de la Constitución de 1940. Derrocado por un golpe militar en 1952. Exiliado, apoyó la lucha contra el Gobierno de Fulgencio Batista. Regresó a Cuba en 1959. Volvió al exilio en 1961, donde participó en varios intentos contra el Gobierno de Fidel Castro. Se suicidó en Miami el 5 de abril de 1977.
El contexto
Carlos Prío Socarrás asumió la presidencia en medio de una crisis política, caracterizada por la corrupción político-administrativa, el pandillerismo, problemas socioeconómicos y la campaña radial y escrita de Eduardo Chibás contra su Gobierno. Para enfrentar esa situación conformó un Gabinete, bautizado como "Gobierno de la Cordialidad", en el que integró, entre otras figuras, a Guillermo Alonso Pujol, Manuel Antonio de Varona, Luis Casero, Rubén de León y Carlos Maristany.
Su labor de Gobierno
Ante una agricultura con muy pocos dueños, Prío reguló las rentas a pagar por los arrendatarios, repartió cientos de caballerías de tierras del Estado y obligó a los propietarios de más de 50 acres sin cultivar a arrendarlas. En los bateyes azucareros, donde antes solo se podía comprar en la tienda del dueño del ingenio, implantó el comercio libre.
Mantuvo la producción de azúcar por encima de los cinco millones de toneladas anuales, lo que vino a juntarse al aumento del precio del azúcar causado por la guerra. Las calles de La Habana se llenaron de coches nuevos, los salarios aumentaron, y las inversiones norteamericanas, que habían descendido a su nivel más bajo en 1946, aumentaron en renglones como: electricidad, teléfonos, minería, industria del caucho, productos farmacéuticos, pinturas, jabonería, perfumería y textiles, muchas en sociedad con capitales cubanos.
En cumplimiento de la Constitución de 1940 implantó varias de las leyes complementarias pendientes: creó el Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales, así como el Tribunal de Cuentas. Creó la Junta Nacional de Economía. Dictó la Ley Orgánica de las provincias y municipios. Creó el Distrito Judicial de Holguín. Fundó el Banco Nacional de Cuba, el Banco de Fomento Agrícola e Industrial (BANFAIC), el Banco Agrícola y de Desarrollo (BANDES). Fundó la Universidad de Oriente y comenzó la construcción de la Universidad de Las Villas.
Con un empréstito de 200 millones de pesos, inició en la capital la construcción del túnel de la calle Línea para unir los repartos Vedado y Miramar. Fue dragado el puerto habanero. Comenzó a construirse la Plaza José Martí (hoy Plaza de la Revolución). Se inició la perforación petrolera en las costas de Cárdenas.
Impulsó la construcción de alcantarillados, caminos vecinales y acueductos en otras ciudades del país. Construyó el monumento a José Martí en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, la terminal de Ómnibus de La Habana y el puente sobre el río Canímar, en Matanzas, el mayor del país hasta ese momento.
Inauguró la televisión en octubre de 1950. Y con el Decreto 2273 estableció el derecho de réplica que obligaba a los medios informativos a permitir la defensa a las víctimas en el mismo espacio donde se había efectuado el ataque.
Enfrentó problemas como el desempleo y el aumento del precio del pasaje que se cobraba en los ómnibus de la capital, el cual resultaba incosteable para las empresas transportistas y el Estado no podía seguir subsidiándolas; razón por la cual su Gobierno apoyó el aumento para beneficiar a esas empresas que estaban en manos cubanas.
El Plan Truslow
Un aspecto a destacar durante su Administración fue la invitación realizada en 1950 a una comisión del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), encabezada por Francis Adam Truslow, para realizar un estudio minucioso de la economía cubana. En el informe, de más de mil páginas, la Comisión señaló que, con excepción del combustible, Cuba contaba con todo lo necesario para el despegue. Para ello se requería romper con la monoproducción azucarera mediante la diversificación de la economía, aumentar las industrias derivadas del azúcar, estimular el turismo, mejorar las vías de comunicación, incrementar el número de propietarios de la tierra, y reformar la política monetaria y fiscal.
Con esas y otras medidas Cuba debía pasar de la economía de guerra a la economía de paz, pues la prosperidad bélica elevaba coyunturalmente los niveles de vida, pero al concluir generaba conflictos sociales, como había ocurrido durante el Gobierno de Mario García Menocal, con el espectacular aumento que sufrieron los precios del azúcar resultado de la Primera Guerra Mundial.
Corrupción y violencia
La corrupción y la violencia venían de la Colonia, persistieron en la República, tomaron fuerza con Grau San Martín y continuaron durante el Gobierno de Carlos Prío. La prueba de ello es que cinco días antes de ser electo presidente de la República, en junio de 1947, el sargento de la Policía Universitaria Oscar Fernández Caral, fue acribillado a balazos por miembros de la Unión Insurreccional Revolucionaria. Del 17 de octubre de 1948, cuando murió a balazos el líder portuario Aracelio Iglesias, al 24 de febrero de 1952, cuando fue asesinado el exministro de Gobernación Alejo Cossío del Pino, ocurrieron 29 atentados con 28 víctimas fatales.
De forma simultánea a la violencia se manifestó la corrupción. El senador Pelayo Cuervo Navarro acusó a Grau San Martín por 174 millones de pesos sustraídos al Tesoro Público; un Gobierno en que Prío había ocupado los cargos de primer ministro y ministro del Trabajo. Del Ministerio de Hacienda se sustrajeron varias bolsas con dinero destinado a ser incinerado, el cual fue repartido. Los ortodoxos denunciaron un soborno de la Compañía Eléctrica Cubana a cambio de decisiones favorables para ella; así como un escándalo relacionado con robos en la Dirección General de la Lotería Nacional.
El Gobierno de Prío dictó una ley contra el gansterismo, logró establecer un "pacto de grupos" con los pandilleros a cambio de prebendas, cargos y subsidios para tranquilizarlos, creó el Grupo de Represión de Actividad Subversivas (GRAS); pero la corrupción y la violencia continuaron fuera de control.
A ese complejo clima de ingobernabilidad se añadieron las contradicciones entre Grau San Martín y Carlos Prío. El primero continuaba dando orientaciones como si fuera el presidente, mientras Prío sostenía la decisión de que él había sido electo para gobernar y no para ser gobernado. Las diferencias condujeron a la separación de Grau del Partido Revolucionario Cubano Auténtico (PRCA), quien en 1951 fundó el Partido de la Cubanidad bajo su dirección.
Eduardo Chibás
Las contradicciones en el seno del PRCA, agudizadas a partir de que Grau San Martín eligiera a Carlos Prío como candidato para las elecciones presidenciales de 1948, condujeron a un grupo de auténticos, bajo el liderazgo de Eduardo Chibás en 1947, a la fundación del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo y a desatar un ataque sistemático contra el Partido Auténtico que minó su popularidad.
Del conjunto de problemas que afectaban a la nación, Eduardo Chibás se concentró en un aspecto particular de la moral: la galopante corrupción político-administrativa, la cual tomó como bandera. La condensó en la consigna "¡Vergüenza contra dinero!", y para emplearla como arma política, inauguró un nuevo estilo mediante el uso de los medios informativos en sus constantes y punzantes ataques radiales y escritos contra el Gobierno de Carlos Prío.
Entre sus acusaciones, afirmó que el dinero destinado al desayuno escolar había sido malversado y que el ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, estaba fomentando un barrio residencial en Guatemala con el dinero robado. En respuesta, Aureliano lo acusó ante el Tribunal de Urgencia de La Habana por el delito de injuria, y haciendo uso del derecho de réplica —instaurado con el mencionado Decreto 2273— lo retó a sostener un debate radial y a mostrar las pruebas de la acusación; pruebas que Chibás nunca pudo presentar.
El 5 de agosto de 1951, al no contar con las pruebas, en su último programa radial Chibás exclamó: "¡Pueblo de Cuba, levántate y anda! ¡Pueblo cubano, despierta!", atentó contra su vida y falleció el 16 del propio mes.
Su muerte alteró la vida política cubana, desembocó en el golpe de Estado de marzo de 1952 y dio pasó a la revolución de 1959.
A manera de conclusión
El doctor Carlos Prío Socarrás intentó respetar el lema de "la cordialidad", como definió a su Gobierno. Fue un defensor del respeto a la libertad de opiniones y de prensa, pero excesivamente tolerante con la corrupción y el pandillerismo político, ante el cual debió sostener una conducta mucho más fuerte haciendo uso de las facultades que le confería la Constitución de 1940. Su mayor mérito fue la implementación de algunas de las leyes complementarias de la Carta Magna.
Como ocurrió con otros presidentes de la República, juzgados con la óptica del oficialismo al margen del contexto en que ocurrieron los hechos, a Carlos Prío nunca se le ha erigido un monumento, tal como si no hubiera existido. Cuando se le recuerda es solo para ser vilipendiado, borrando sus aciertos como gobernante, incluso su aporte financiero a la lucha insurreccional, como ocurrió con su donación para la compra del yate Granma.
Su gran debilidad, como expresara el historiador Newton Briones Montoto, fue precisamente nuestra principal deficiencia como pueblo: la limitada formación cívica, y el divorcio entre el bien colectivo y el bien individual, que estuvo presente en cada contienda.
La inestabilidad política, resultado de la corrupción, la violencia y los ataques radiales de Chibás, trillaron el camino para el empleo de la fuerza; un hecho que impactó no solo durante sus casi cuatro años de Gobierno, sino también a todo lo acaecido desde ese momento hasta el día de hoy. Y como pudiera seguir ocurriendo si no aprovechamos las valiosas experiencias contenidas en sus aciertos y desaciertos para enfrentar los retos que la sociedad cubana tiene por delante.