Jorge A. Sanguinetty

Identificarse como un periodista independiente en Cuba merece una gran admiración, o sea, un periodista que no está pagado por el gobierno castrista y se atreve a expresar libremente su pensamiento. Pero en Cuba, el trabajo del periodista independiente es triple, porque además de correr los riesgos de ir contra un gobierno totalitario, tiene que luchar muy duro para encontrar los medios de expresión en la isla. Pero merece más admiración todavía si lo hace como Dimas Castellanos, penetrando con su crítica hasta las raíces mismas de la catástrofe económica, política y social que padece Cuba desde 1959, cuando Fidel Castro se apodera de prácticamente todo el país, elimina su estructura institucional, barre con la sociedad civil y viola todos los derechos de propiedad. No es posible exagerar la magnitud y la profundidad de semejante proceso pero Dimas Castellanos con su libro La revolución fracasada nos ayuda a dimensionar y así a evaluar la inmensidad del fenómeno junto con lo que ha costado en pérdidas económicas y sufrimiento humano.

La colección de artículos del libro nos permite ver en detalle el monumental fracaso de una revolución que prometía un mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de los cubanos, que de hecho ya había alcanzado un buen nivel de desarrollo relativo al contexto latinoamericano pero que podía mejorar en lo político y en otros aspectos. Haciendo uso del trasfondo histórico de Cuba desde su base colonial, el autor demuestra que el fracaso revolucionario no se limitó al incumplimiento de las promesas iniciales de Fidel Castro sino que fue mucho más allá y consiguió destruir una gran parte de lo que el país construyó a lo largo de su historia. Lo insólito de esta situación es que el grado de destrucción es tal que afecta a Cuba sin que hubiese mediado guerra alguna, y sin embargo hace retroceder al país de una manera espectacular en todos los ámbitos de la vida nacional.

Es importante recalcar que cuando se habla de totalitarismo en Cuba no se está hablando de una metáfora y Dimas Castellanos lo expone de una manera convincente. Además, en sus crónicas examinando los diversos sectores del país el lector notará que el fracaso de la revolución no es uno, sino una serie recurrente de fracasos que se repiten en todos los sectores económicos del país y de manera sistemática, lo que pone al descubierto la ineptitud del gobierno cubano en el manejo de la economía. De la lectura de este libro se puede concluir que además de las deficiencias intrínsecas del socialismo Cuba ha venido sufriendo dos males adicionales. De un lado la incompetencia del equipo gobernante, que afecta desde los niveles más elevados del gobierno (y el partido Comunista, el único permitido) hasta los administradores de las empresas estatales y del otro lado la desidia e irresponsabilidad de Fidel Castro, cuya agenda personal y privada era la de proyectarse como un paladín del antiamericanismo que malversó los recursos del país para perseguir aventuras internacionales a costa de los intereses de los cubanos.

En su recorrido por varios sectores de la economía cubana el autor detalla deficiencias que tienen una raíz común a todos ellos y es la falta de medios e incentivos para que los trabajadores cubanos puedan producir eficientemente. Muy acertadamente Dimas Castellanos hace varias referencias a los esfuerzos de algunos líderes del gobierno de tener que hacer exhortaciones políticas a los trabajadores para que logren los niveles de producción y productividad que la economía requiere, lo que delata claramentelo rudimentario del sistema gerencial que rige la economía cubana. Este estilo de administración también incluye una asombrosa falta de flexibilidad de los gobernantes para reconocer sus errores y corregirlos. Los problemas del sector azucarero se repiten casi mecánicamente cada año; lo mismo sucede con la ganadería y la producción agrícola y en sus análisis del sector vivienda vemos como sobresale una característica fundamental: los incumplimientos sistemáticos de los planes de construcción.

Este libro es como un viaje a Cuba, que nos enseña mediante una amplia muestra de fracasos concretos y bien detallados del gobierno, lo que no vería un viajero corriente y es, por lo tanto,una lectura obligada para observar de primera mano el estado de deterioro en que el país se encuentra sumido. Como bien nos indica el autor el gobierno cubano es el principal responsable del estado de la economía y la sociedad cubanas, no el embargo de Estados Unidos al sistema estatal y es por estas condiciones que la iniciativa de EEUU de acercamiento a Cuba no irá muy lejos en mejorar las condiciones de vida de los cubanos sin que el gobierno de la isla adopte medidas concomitantes.

Miami, 17 de marzo de 2018

 

* Jorge A. Sanguinetty 
Ph.D. en Economía de la Universidad de Nueva York. Presidente del Consejo de Administración y Asesor del Presidente de DevTech. Experto en el desarrollo, transición y estrategias de capital humano. Ha publicado sobre asuntos de educación en los países en desarrollo, especialmente en América Latina. Ha trabajado en proyectos en más de 30 países. Trabajó como economista para la Junta Central de Planificación y el Departamento de la industria azucarera en Cuba hasta 1966. Fue investigador asociado de la Institución Brookings en Washington, DC y participó en el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en Río de Janeiro. En 1978 fundó el Programa Latinoamericano de Economía Aplicada de la Universidad Americana en Washington, DC. Fue miembro fundador del Centro de Investigación de Desarrollo, dedicado a aumentar la comprensión del desarrollo de las sociedades. Es autor de libros como “Cuba: el presente y futuro de la Economía Cubana, en el que aborda los problemas y las posibles soluciones de una transición cubana a una economía de mercado y a la democracia.