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La nueva medida del Gobierno cubano será un fracaso, y estas son las causas

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La nueva medida del Gobierno cubano será un fracaso, y estas son las causas

Noviembre 01, 2019 - 08:28

Democratizar las relaciones económicas sería mucho más efectivo que impedir la formación de una clase media nacional y eludir lo ineludible: el cambio

Cuba con tres monedas

La medida anunciada por el gobierno cubano el 15 de octubre, con el objetivo declarado de captar las divisas para la industrialización, tiene como objetivo velado, aunque mal disimulado, eliminar al emergente sector privado y eludir los cambios estructurales que Cuba requiere.

La insuficiencia de divisas ni se debe al comercio informal (mulas) ni a las restricciones de las remesas familiares. La causa radica en el desconocimiento de las leyes que rigen la economía, en la estatización, en la implantación de un modelo incapaz de satisfacer las necesidades nacionales y generar excedentes para la exportación y en el voluntarismo exacerbado, que en 1965, en un intento de anular el dinero y erradicar las relaciones mercantiles, se suspendieron los pagos y recibos entre empresas, se suprimieron los impuestos, el cobro de intereses y el sistema de contabilidad.  

Como se carece de voluntad política para corregir el rumbo mal trazado, una y otra vez se opta por medidas limitadas a la circulación:

- Con el canje de dinero, en agosto de 1961, a los cubanos que tenían dinero en sus manos se les recogió. A cambio se les entregó directamente 200 pesos por cada núcleo familiar y 9 980 pesos quedaron en una cuenta bancaria, de la cual podían hacer extracciones mensuales reguladas. El resto del dinero lo perdieron de un golpe.

- Con las operaciones "Pitirre en el alambre" y "Adoquín" en 1982, dirigidas contra artesanos, artistas y campesinos, unos que comerciaban sus productos agrícolas y los otros sus obras de arte. En ambos casos la Policía clausuró los negocios,  decomisó sus medios de trabajo, materiales y hasta las balanzas, incluyendo la divisa que poseían.

- Con la "Casa del oro y la Plata", aprovechando la escasez de artículos de diferentes tipos, en 1987 el Gobierno compró las prendas de oro y plata en manos del pueblo a cambio de bonos para adquirir algunos productos de baja calidad. Las familias perdieron sus prendas.

- Con la dolarización introducida entre 1993 y 1994, una vez que se logró reanimar un poco la economía, en 2004 se sustituyó el dólar por el peso convertible (CUC); se penalizó el dólar en un 10% y se revaluó el CUC en un 8%. En el 2011 se eliminó la revaluación del 8%, pero se conservó el impuesto del 10%.

Con esas y otras medidas se evadieron los necesarios cambios estructurales, pero no se resolvió la escasez de divisas. La prueba de ello es que, a pesar de los enormes subsidios soviéticos y de los créditos facilitados por los países capitalistas, el Gobierno tuvo que renegociar la deuda externa desde 1982 una y otra vez; aumentó la diferenciación social; los precios topados y los subsidios a empresas ineficientes impactaron negativamente en la producción; disminuyó el salario real, y la emisión desproporcionada de CUC terminó por eliminar el respaldo inicial que la misma tuvo.

Cuba se desdolarizó pero permaneció con dos monedas, ninguna de las cuales era divisa. Se planteó entonces la necesidad de unificar las monedas. En diciembre de 2011, al referirse a la dualidad monetaria, Raúl Castro dijo: Sin resolver eso es difícil avanzar correctamente. Y añadió: Debo reconocer que este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución1:

En 2011 la unificación se plasmó en los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista; en el 2013 se anunció un cronograma para su implementación; en el 2016 se dijo que la eliminación de la dualidad monetaria era impostergable; en el 2017 se habló de 100 políticas y ocho prioridades eliminarla y se autorizó comprar con pesos cubanos en los establecimientos recaudadores de divisas. Sin embargo, la subordinación de la economía a la política y a la ideología impidió la unificación.

La reciente medida de octubre es un regreso a la dolarización y por tanto el reconocimiento del fracaso. Ahora, en lugar de dos monedas se operará con tres, lo que enfrentará varios inconvenientes:

- La limitación de la medida a algunos mercados de consumo será imposible. La interrelación entre todos los sectores de la economía lo impide. Reconocido que el CUC carece de respaldo, las empresas estatales, el sector privado, los productores agrícolas, los inversionistas extranjeros y los trabajadores, buscarán la forma de participar en el mercado dolarizado.

- La insuficiente oferta del mercado en dólares impide satisfacer las múltiples necesidades de los cubanos. Mientras la oferta de las importaciones privadas supera la que se comercializará por el Estado; por tanto la fuga de divisas continuará.

- La eficiencia de los privados, por su flexibilidad y dinamismo en cada actividad que realizan, está demostrada, como ya está ocurriendo con la rebaja de sus precios y la búsqueda de alternativas. En ese sentido, lo positivo que aporta la medida es que permitirá a los cubanos valorar y elegir entre la opción estatal y la privada.

- La posible compra de dólares por los cubanos, que no satisfacen sus necesidades con los productos ofertados en CUC o CUP, augura no la desaparición, sino el fortalecimiento del mercado informal, donde el cambio de CUC para obtener dólares ya empezó a subir,

- Sólo con las divisas que puedan captarse en el mercado dolarizado, ante una industria en estado deplorable, es imposible estimular la producción nacional. Suponiendo -de forma exagerada- que el Estado lograra vender 1000 millones de dólares anuales y utilizara el 25% de la ganancia para relanzar la industria, contarían con 250 millones, una cifra insuficiente ante una industria descapitalizada. El relanzamiento industrial requiere de grandes inversiones, en un momento en que las foráneas están disminuidas y las nacionales prohibidas por el Estado.

- La confianza en los bancos no ayuda. El canje de 1961 y otras medidas gubernamentales dejaron una huella que se traduce en falta de confianza hacia el sistema bancario en manos el Estado.

- Por último, la mayoría de los cubanos, carentes de salarios en dólares y de remesas, no podrán acceder a los equipos ofertados en una moneda que no tienen. Por tanto, . aumentará la diferenciación social existente y se ampliará la brecha entre las promesas del discurso oficial y la realidad.

Por lo anterior, la nueva medida, aunque logre un alivio inmediato, será un nuevo fracaso. Lo que no se logró con el CUC, no se logrará con un sector del mercado dolarizado. El resultado será la dilatación de las reformas, pero no podrán evitarlas.

Democratizar las relaciones económicas, eliminar los obstáculos para que los cubanos participen como agentes económicos, fomentar pequeñas y medianas empresas privadas, sería mucho más efectivo que impedir a toda costa que se forme una clase media nacional en Cuba. Sin embargo, la medida anunciada va en dirección contraria. Su objetivo velado es eliminar las mulas privadas y sustituirlas por la mula estatal; es decir, ahogar al emergente sector privado, que surgió precisamente por la incapacidad del Estado, para nuevamente eludir lo ineludible: el cambio.

1    Discurso de Raúl Castro en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Granma, viernes 22 de diciembre de 2017, pp.3-4.