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El chavismo en la encrucijada

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El chavismo en la encrucijada

Abril 24, 2017 - 12:38
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A diferencia del fidelismo, que arribó al poder por la vía de las armas y luego puso rumbo hacia el totalitarismo, el chavismo lo hizo mediante las urnas. En Venezuela el cuadro conformado por las necesidades irresueltas y las injusticias acumuladas generaron un descontento que, acrecentado por las dictaduras, la violencia y la corrupción administrativa, explica el por qué amplios sectores populares fueron captados por el populismo revolucionario.

Nicolas Maduro. (EL ESPAÑOL)

El teniente coronel Hugo Chávez fundó a principios de los años 80 el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, y en 1992 intento tomar el poder mediante un fallido golpe de Estado. Al salir de la cárcel viajó a Cuba, conoció a Fidel Castro y fundó el Movimiento Quinta República. Con un discurso populista y nacionalista ganó las elecciones presidenciales de 1998 que pudieron ser la oportunidad para enfrentar los males acumulados.

Desde el poder Chávez anunció una revolución"pacífica y democrática" y convocó un referendo a partir del cual reformó la Carta Magna. Fundió el parlamento bicameral en una sola cámara; aumentó el período presidencial de cinco a seis años; reorganizó los poderes públicos; estableció la reelección inmediata por un periodo; aprobó el derecho al voto de los militares activos; y cambió el nombre del país por el de República Bolivariana de Venezuela.

Al ganar las elecciones en 2002, solicitó al Parlamento poderes especiales para legislar por decreto. Utilizó el triunfo en las elecciones regionales y municipales de 2004 para volver a reformar la Constitución y centralizar más el poder. La ausencia de la oposición a los comicios parlamentarios en 2005 le permitió concentrar todos los poderesen sus manos. En 2006 repitió la victoria en las elecciones presidenciales con casi el 63% de los votos. En 2007 anunció la construcción del "Socialismo del Siglo XXI", lanzó la consigna "Patria, Socialismo o Muerte"y convocó un nuevo referendo para, mediante otra reforma constitucional, legitimar la reelección presidencial ilimitada, en la cual sufrió la primera derrota.

Con el apoyo de la mayoría y los altos precios del crudo, el chavismo gozó de una oportunidad excepcional para materializar su discurso populista-nacionalista-socialista, pero se concentró en la distribución de las riquezas a través de programas sociales: la Misión Robinson, la Misión Ribas y la Misión Sucre, en el campo de la enseñanza; la Misión Barrio Adentro en la salud; y otras hasta sumar más de 20 que mejoraron las condiciones de vida, especialmente de los sectores populares.

Los programas sociales —que reparten pescado pero no enseñan a pescar— les sirvieron para ganar elecciones y plebiscitos, pero no para crear riquezas ni para diversificar  una economía totalmente dependiente de la renta petrolera. El propio Nicolás Maduro sin explicar por qué en casi dos décadas de chavismo no se cambió, dijo el 10 de abril de 2017: "Nosotros estuvimos 100 años dependiendo de un chorro petrolero, ¡shhhhh!, casi no había que hacer nada, meter un cubo, ¡chucuchucuchu!, ¡rum! y salta el petróleo, y después poner la mano así para que cayeran los dólares, ¡100 años! Eso se acabó, se acabó... estábamos acosados por el imperialismo y el petróleo se cayó a 20...".

Con la mayor reserva de crudo del planeta y con precios que entre 1998 y 2013 ascendieron de unos diez a más de 100 dólares por barril, Venezuela recibió más divisas que en toda su historia precedente. A pesar de ello, el chavismo no fue capaz de diversificar la economía y en su lugar la producción descendió en más de un millón de barriles diarios y la economía venezolana sigue dependiendo en un 94% del petróleo. Por esa razón Heinz Dieterich, exasesor de Hugo Chávez, expresó: "Este es uno de los gobiernos más ineptos que ha habido en la historia de América Latina, porque ha tenido todas las condiciones objetivas para construir algo, pero no ha podido hacer nada".

En los comicios regionales y municipales de 2008, aunque preservó la mayoría, el chavismo no pudo impedir que la oposición se impusiera en varios estados y alcaldías. Y en las elecciones legislativas de 2010 perdió la mayoría absoluta de un parlamento que le había permitido gobernar por decretos. En octubre de 2012, aunque Chávez se impuso en las cuartas elecciones presidenciales, la oposición aumentó el número de votos. Sin embargo, imbuidos en cubanizar a Venezuela y bolivarianizar al resto de la región, las señales de descontento emitidas en estos comicios fueron ignoradas.

En diciembre de 2012, cuando Chávez convalecía en Cuba, el opositor Henrique Capriles se consolidó en el estado de Miranda. Y en las elecciones presidenciales adelantadas en 2013 el retroceso fue evidente: Nicolás Maduro obtuvo 7.587.532 contra 7.363.264  de Henrique Capriles. La debilidad del chavismo se hizo evidente.

A partir de noviembre de 2013 Nicolás Maduro gobernó mediante leyes habilitantes en dos oportunidades; detuvo a varios oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana; creó una "brigada especial" para actuar contra los "generadores de violencia"; sin respaldo productivo incrementó los salarios durante 2016 en un 454%, en un contexto inflacionario que se tragó el salario promedio de la población.

Esos y otros actos desacertados —antes y después de Chávez— que deterioraron el poder adquisitivo y empeoraron las condiciones de vida constituyen la principal fuente del clima de confrontación que el país está viviendo. No fue casualidad que aliados suyos como el presidente de Uruguay José Mujica, en una entrevista a CNN en Español en mayo de 2014, expresara: "Nadie va a poder gobernar con ese clima de confrontación que tiene Venezuela", y declaró al diario El Universal: "El mejor camino de Venezuela es respetar la Constitución a rajatabla". Mientras el presidente de Ecuador Rafael Correa, en mayo de 2015 dijo a Radio Cooperativa de Chile: "Se han cometido, con mucho respeto, desde mi punto de vista, errores económicos (…) y eso exacerba las contradicciones políticas".

Finalmente, en diciembre de 2015 el chavismo, al perder las elecciones parlamentarias, puso la brújula en dirección a la dictadura, lo que explica el frustrado intento de eliminar a un Parlamento elegido por la mayoría de los venezolanos, obstaculizar las elecciones y cualquier otra consulta popular.

El intento de repetir la revolución cubana mediante las urnas le jugó una mala pasada. Al negar los mecanismos democráticos que les dieron el poder, el chavismo se situó  fuera de la ley, lo que explica el amplio rechazo de los países e instituciones de la región.

Ante tal encrucijada se presentan dos únicas salidas: regresar a las urnas para intentar legitimarse o asumir la violencia. Ambas opciones le conducirían a la pérdida del poder. La diferencia radica en que la segunda opción provocará un baño de sangre, cuyos efectos rebasarían las fronteras del país y marcarían el fin del populismo revolucionario en la región. Algo que esbozó el propio Nicolás Maduro en la víspera de las elecciones parlamentarias de 2015, cuando dijo que, en caso de que perdiera: "Pasaría a gobernar con el pueblo en unión cívico-militar". Es decir, se mantendría por la fuerza con la minoría, que es exactamente lo que está ocurriendo en estos momentos y lo que le ha quitado la legitimidad alcanzada en las urnas.

Atrapado en el fracaso, pero decidido a no abandonar el poder, Nicolás Maduro, en lugar de aceptar su responsabilidad y enfrentar la realidad, a la vez que sataniza y ofende a la oposición, llama al "diálogo". Según sus palabras para devolver la "normalidad y la paz a Venezuela". "Yo he llamado al diálogo, y sigo llamando al diálogo... La única forma de conseguir la paz es a través de la palabra, del diálogo, del debate sincero, de la búsqueda de razones, de la búsqueda de puntos comunes".

Del fracaso chavista pueden sacarse las siguientes conclusiones:

La base de su derrota es el desastre económico, algo que el chavismo ya no puede resolver.

El poder emergido de las urnas tiene que revalidarse una y otra vez en las urnas.

La distribución de riquezas sin capacidad para crearlas, conduce al agotamiento.

Afirmar que lo que ocurre en Venezuela es resultado de la ofensiva imperialista y de una conspiración mundial es desconocer la incapacidad del chavismo y por tanto, empeorar la crisis.

Resultado de las múltiples consultas electorales y de las manifestaciones masivas nadie puede hablar a nombre del pueblo de Venezuela, sino de la parte que le apoya.

El fracaso del chavismo, después de casi 20 años en el poder, repercutirá en Venezuela, en Cuba y en toda la región y devendrá en el modelo de lo que no debe ser.