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La otra cara de la enseñanza en Cuba: el 'hombre nuevo'

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La otra cara de la enseñanza en Cuba: el 'hombre nuevo'

Noviembre 19, 2022 - 16:31
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Evidentemente, Ernesto Guevara no había leído a estudiosos de las características del cubano como Fernando Ortiz y Jorge Mañach.

El proyecto de ingeniería social para crear un "hombre nuevo", iniciado desde los primeros años de la revolución y teorizado por Ernesto "Che" Guevara en El socialismo y el hombre en Cuba, fracasó.

En ese texto tomó como referente a las acciones revolucionarias y a otros hechos protagonizados por un puñado de hombres, a partir de los cuales elaboró una fórmula dirigida a convertir esas actitudes en conductas generalizadas y cotidianas.

La lógica de su análisis está contenida en nueve citas tomadas de El socialismo y el hombre en Cuba:

La lucha guerrillera se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor del movimiento, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Esa vanguardia —según sus palabras— fue "el agente catalizador que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria".

"La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la Revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el Partido y el Gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento."

"(…) la educación se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de Divulgación del Partido."

"Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma."

"El grupo de avanzada es ideológicamente más avanzado que la masa (…) Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que les permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos solo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no solo sobre la clase derrotada, sino también, individualmente, sobre la clase vencedora."

"(…) la libertad, porque esta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva."

"Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde al marco de los compañeros de la Revolución. No hay vida fuera de ella."

"El revolucionario, motor ideológico de la Revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial."

"Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción."

Desconocedor de la idiosincrasia del cubano y de los seres humanos en general, Guevara estableció una relación entre la vanguardia y la masa; concepto este último que designa a un sujeto colectivo, dotado de una falsa ilusión sobre lo real, caracterizado por el desprecio a su propia autonomía; todo lo contrario del ciudadano.

Según su análisis, la lucha guerrillera se desarrolló en dos ambientes distintos: "el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, generadora de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo". Su propósito era perpetuar esa actitud heroica de la vanguardia en la vida cotidiana de las masas para conformar al hombre nuevo.

Guevara partió de una dicotomía. De un lado dirigentes capaces; de otro lado dirigidos que deben ser compulsados a través del aparato educativo del Estado. En ese proceso —según su discernimiento—, los dirigidos van adquiriendo conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad. Este planteamiento significa que los cubanos, a pesar de contar con varios siglos de historia, estaban fuera de la sociedad y que la vanguardia, ideológicamente más avanzada que la masa, debe someter a esta mediante estímulos y presiones de cierta intensidad. Es decir, la dictadura del proletariado que Marx concibió como mecanismo de dominación sobre la burguesía, ahora la vanguardia la ejerce sobre sí misma.

La libertad, por tanto, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva, resultante de los estímulos y presiones de la vanguardia sobre la masa.

Su planteamiento de que los dirigentes de la Revolución no tienen vida fuera de ella; que los hijos en sus primeros balbuceos no aprenden a nombrar al padre; que las mujeres deben sacrificar su vida para llevar la Revolución a su destino; que el marco de los amigos es el de los compañeros de la Revolución; y que el revolucionario se consume en la actividad revolucionaria ininterrumpida, que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial; es un autorretrato, ajeno a la cultura del cubano.

Evidentemente, Ernesto "Che" Guevara no había leído a estudiosos de las características del cubano como el sabio cubano Fernando Ortiz, uno de los pensadores más destacados del siglo XX cubano y al investigador de nuestros valores, Jorge Mañach.

Ortiz, quien incorporó sus estudios científicos a la práctica política, escribió en 1919 "La crisis política cubana: sus causas y sus remedios". En esta investigación delimitó un conjunto de factores negativos que conservan su validez en el presente: una cultura deficiente en las clases directoras que impide refrenar sus egoísmos; la impulsividad, una debilidad psicológica del carácter cubano que nos lleva con frecuencia a actuaciones intensas, pero rápidas, precipitadas, impremeditadas y violentas. Mientras Mañach, consideraba que el negocio más serio que Cuba tenía en sus manos era la mejora de su material humano, de lo cual todo lo demás depende.

A manera de conclusión

Sin tener en cuenta lo investigado por estos y otros estudiosos de nuestra idiosincrasia, Ernesto Guevara adelantó un modelo de familia que se intentó inculcar en la Escuela al Campo, mediante la adhesión a las ideas comunistas, el ingreso forzoso en internados y la sustitución del papel de los padres por el Estado. Una vía que se ha demostrado imposible para el mejoramiento del material humano.

El resultado del proyecto de ingeniería social no merece comentarios. Basta mencionar solamente a los cientos de miles de jóvenes cubanos que, en vez de convertirse en el hombre nuevo, decidieron escapar de Cuba, por vías legales o ilegales arriesgando sus vidas para realizar sus proyectos en cualquier otra parte; y de otros cientos, que fueron y siguen siendo separados de sus estudios; y miles detenidos y/o condenados a elevadas pena de cárcel por hacer uso de la libertad de expresión.

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