En el 84 aniversario de la CTC, Cuba está sin sindicatos
Cuba es el único país del mundo donde existe una sola organización sindical desde su creación hasta la fecha', afirma la versión oficial.
El pasado viernes 27 de enero, la emisora Radio Reloj, entre las noticias del día, al referirse al aniversario de la CTC, citó las palabras expresadas por Angelina Rojas Blaquier, investigadora del Instituto de Historia: "Cuba es el único país del mundo donde existe una sola organización sindical desde su creación hasta la fecha". Se trata de una afirmación ajena a la historia, como demostraré en las siguientes líneas.
La Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) se fundó en La Habana entre el 23 y el 28 de enero de 1939, en presencia de 1.500 delegados de 789 asociaciones obreras. Su fundación estuvo precedida por las luchas desarrolladas por el movimiento obrero desde la segunda mitad del siglo XIX, que asumieron forma legal con la Ley General de Asociaciones de 1888, se generalizaron con las libertades y derechos refrendados en la Constitución de 1901 y alcanzaron su mayoría de edad con la Constitución de 1940.
En ese proceso el sindicalismo cubano obtuvo importantes logros: aumentos salariales, definición de los días festivos y de duelo, jornada de ocho horas para trabajadores del Estado, prohibición del pago en fichas y vales, cierre de establecimientos comerciales y talleres a las 6:00PM y creación de la "Asociación Cubana para la Protección Legal del Trabajo", que reconocía las libertades de expresión, reunión, movimiento y derecho de dirigir peticiones a las autoridades. Resultados que se reflejaron en la fundación de la Central Obrera de La Habana en 1920 y la celebración de su primer congreso, la creación de las "Comisiones de Inteligencia Obrera" para canalizar los conflictos obrero-patronales en los puertos, la fundación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba en 1925, la promulgación del Decreto 276 de enero de 1934 acorde con lo estipulado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Decreto 798 de abril de 1938, la legislación laboral cubana más avanzada hasta el día de hoy.
La CTC, con medio millón de afiliados, fue la segunda mayor central sindical de la región. Las victorias del sindicalismo se refrendaron en 27 artículos de la Constitución de 1940, entre ellos: la regulación de los sueldos mínimos por medio de comisiones de obreros y patronos; la jornada máxima de ocho horas diarias y 44 semanales de trabajo por 48 de salario; el derecho de sindicación; el derecho de los trabajadores a la huelga y de los patrones al paro, entre muchos otros. Muchas demandas de la CTC se convertían en leyes. Cada Primero de Mayo una manifestación obrera concluía en el Palacio Presidencial y presentaba la lista de demandas obreras al presidente. El Retiro de Plantas Eléctricas construyó el moderno edificio de Carlos III que arrendó a la Compañía de Electricidad; el Retiro Gastronómico construyó el Habana-Hilton y el de Artes Gráficas procedió a desarrollar el reparto Gráfico. Y el Palacio de los Trabajadores fue construido con los aportes obreros y donativos gubernamentales.
La pugna entre auténticos y comunistas condujo a la división en el V Congreso de la CTC, celebrado en mayo de 1947, que realmente fueron dos congresos de dos confederaciones: una integrada por las federaciones que controlaban los auténticos encabezada por Ángel Cofiño; la otra por los comunistas bajo la dirección de Lázaro Peña. La primera conocida como CTC-oficialista, la segunda como CTC-unionista. Por tanto, ocho años después de su fundación ya no se podía hablar de una sola central sindical.
El 22 de enero de 1959 la CTC fue disuelta por el Gobierno y rebautizada con el apellido de Revolucionaria (CTC-R), lo cual generó un conflicto entre los grupos que aspiraron a encabezar la nueva institución: líderes obreros afiliados al Movimiento 26 de Julio, a los partidos Auténtico, Ortodoxo y Socialista Popular, y a la Juventud Obrera Católica. El comandante en jefe Fidel Castro, presente en la reunión, en violación de la independencia sindical como lo estipulaba la OIT, al procederse a la elección de la directiva pidió un voto de confianza para la candidatura de David Salvador, procedente del Ejército Rebelde. En respuesta un grupo de federaciones plantearon separarse de la CTC-R si se aceptaba la unidad con los comunistas, crearon el Frente Obrero Humanista (FOH) que aglutinó a 25 de las 33 federaciones de industrias bajo el lema "¡Ni Washington ni Moscú!".
El ministro del Trabajo, investido de las facultades para realizar lo que fue imposible durante la sesiones, comenzó la despedida de dirigentes sindicales hasta que la mayoría de los que habían sido electos para asistir al X Congreso, celebrado en noviembre de 1960, quedaron excluidos, por lo que el 9 de diciembre de ese año realizaron una manifestación de protesta por las calles de La Habana.
En el X Congreso David Salvador, elegido secretario general, expresó que los trabajadores no habían ido a plantear demandas económicas sino a apoyar a la revolución. Ante esa afirmación, Emilio Máspero, un observador del Movimiento Social Cristiano presente en el evento, preguntó cuál era entonces el proyecto de los trabajadores. A lo que David respondió: "Lo que diga el comandante". En el XI Congreso, 1961, se postuló un candidato para cada puesto y la directiva electa fue esencialmente del Partido Socialista Popular, encabezada por Lázaro Peña. Y en el XII Congreso, 1966 —al cual asistí como delegado por Santiago de Cuba— el Partido Comunista eligió la fecha y designó a un cuadro de la UJC al frente de la Comisión Organizadora para sustituir a Lázaro Peña.
Tres hechos confirman la inexistencia de sindicatos en Cuba:
1) En septiembre de 2010, ante las medidas dictadas por el Gobierno para desinflar las plantillas laborales, la CTC emitió el documento titulado "Pronunciamiento de la Central de Trabajadores de Cuba", en el que planteó: "Nuestro Estado no pude ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía".
2) En mayo de 2013, el Pleno 93 del Consejo Nacional de la CTC designó al primer secretario del PCC en la provincia Artemisa, Ulises Guilarte de Nacimiento, para presidir la Comisión Organizadora del XX Congreso y ocupar su dirección.
3) En febrero de 2014 el miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa planteó que la plataforma económica, política y social de la Revolución quedó definida en los Lineamientos aprobados en el último Congreso del Partido y que al movimiento sindical le corresponde movilizar a los trabajadores para materializar esos acuerdos.
En ninguno de los tres casos se mencionaron los graves problemas que aquejan a los trabajadores, lo que demuestra que en Cuba los sindicatos, como tales, habían desaparecido.
Por lo anterior, la originaria Confederación de Trabajadores de Cuba fundada en 1939 se dividió en 1947 en dos confederaciones y, al convertirse en un apéndice del Partido-Estado-Gobierno, desapareció.
La función de los sindicatos consiste en la defensa de los intereses de los trabajadores, para lo cual tienen que gozar de independencia, algo desaparecido del escenario cubano desde hace más de seis décadas.
La CTC con apellidos: oficial, unitaria o revolucionaria, y la inexistencia actual de un verdadero sindicalismo, imposibilita hablar, como lo hizo Angelina Rojas Blaquier, de una sola organización obrera desde 1939.