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Felipe Poey, otra forma de hacer patria

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Felipe Poey, otra forma de hacer patria

Noviembre 06, 2019 - 11:43

Felipe Poey, un héroe de la paz que hizo patria desde la ciencia, contribuyó a la asimilación simbólica de las peculiaridades de la naturaleza cubana en la conciencia de la nacionalidad, nos legó una red de corresponsales a lo largo de la Isla y un valioso conocimiento de los peces cubanos. Ciento veintiocho años después de su muerte los cubanos estamos en deuda con tan destacada figura

 

Felipe Poey Alo

El siglo XIX cubano se caracterizó por la violencia. Entre las sublevaciones de esclavos y la guerra hispano-cubana-norteamericana se sucedieron las conspiraciones separatistas, las expediciones anexionistas y las guerras de independencia. Miles y miles de cubanos hicieron patria mediante la paz; otros a través de la educación, la ciencia, las construcciones y las artes.

Felipe Poey Aloy (1797-1891), francés de nacimiento, asumió la ciudadanía cubana. Obtuvo el grado de Bachiller en Leyes en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, y en Madrid se graduó de abogado. Investigador y profesor de Ciencias Naturales; iniciador de la era científica de la historia natural en Cuba; padre de los naturalistas cubanos, entre ellos Carlos de la Torre, Juan Vilaró y Arístides Mestre; e integrante junto a Félix Varela, José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y Domingo del Monte, de la llamada pentarquía creadora.

Durante su estancia en Francia fue introducido por Georges Cuvier -creador de la Anatomía Comparada y la Paleontología- en los principios básicos de la Ictiología. A este científico Poey le entregó -resultado de sus investigaciones autodidactas sobre la flora y la fauna cubanas- 85 dibujos sobre peces cubanos y 35 conservados en brandy, los cuales fueron utilizados por Cuvier en su Historia natural de los peces.

Poey participó en la fundación de la Sociedad Entomológica de Paris y publicó, en idioma francés, el más importante de sus estudios: la Centuria de Lepidópteros de la Isla de Cuba. Investigó el bórer de la caña de azúcar, las plagas de los aguacateros, escribió el primer libro de Geografía de Cuba, y ejerció como profesor de Geografía y de Lengua Francesa y Latina en el Colegio San Cristóbal.

Encomendado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País participó en el reconocimiento geológico de la Isla de Cuba, presentó el proyecto para establecer el Gabinete de Historia Natural que pasó a formar parte de la Universidad de La Habana y fue nombrado Miembro de Mérito de dicha Sociedad. Editó la Cartilla Geográfica; publicó el Compendio de Geografía de la Isla de Cuba, primer libro de texto escrito y publicado en la Isla; y el Compendio de Geografía Moderna. Textos que contribuyeron a incorporar el espacio geográfico a la idea de nación.

En la segunda mitad del siglo XIX, cuando estaba a la orden del día la discusión política acerca de la esclavitud, Poey sustentó -biológicamente- la igualdad de todos los seres humanos. Decía: La fecundidad indefinida entre las razas humanas, los límites de variedad que presentan los animales domésticos y las otras razones enumeradas, prueban la unidad de la especie humana.

Profesor de Zoología, Anatomía Comparada, Botánica y Mineralogía en la Real y Literaria Universidad de La Habana; ejerció la Cátedra de Geografía de Vertebrados; y fue Decano de las facultades de Ciencias y de Filosofía y Letras. Fue uno de los 30 fundadores de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana (1861); formó parte de la Comisión de Ciencias Naturales de esa institución, en la cual resultó distinguido como Académico de Mérito; Miembro de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba y elegido su primer Presidente.

Su obra monumental -manuscrita- la Ictiología Cubana fue premiada con Medalla de Oro y Diploma de Honor en 1883 en la Exposición Colonial de Amsterdam.

Promotor de la cultura literaria tradujo y compendió la Historia de los Imperios de Asiria; presidió la Sección de Literatura del Liceo de la Habana; y participó en las tertulias de Domingo del Monte, donde se reunía lo más prometedor de la juventud intelectual de la época.

Como periodista colaboró, entre otros órganos, con La Aurora, que encabezaba el dirigente obrero Saturnino Martínez; con La Honesta Cubana, El Faro Industrial de La Habana y La Piragua. En la Revista Zoológica de la Isla de Cuba, donde publicó el primer estudio científico dedicado a los peces cubanos y el primer tomo del Repertorio físico-natural de la Isla de Cuba. Sus artículos aparecieron en los Anales de la Sociedad de Historia Natural de Madrid y en publicaciones seriadas de los Estados Unidos, como el Boletín de la Comisión de Pesca y los Anales del Museo de Historia Natural de Nueva York.

Con los resultados de sus estudios zoológicos preparó la edición de las Memorias Sobre la Historia Natural de la Isla de Cuba; publicó los dos números del Repertorio físico-natural de la Isla de Cuba; y su obra monumental, Ictiología Cubana, se imprimió en 1955 sin los dibujos de su “Atlas”; en 1962 con parte del texto y varias láminas de su “Atlas”; y finalmente de forma íntegra en el año 2000.

Gozó de gran reconocimiento internacional: corresponsal del liceo de Historia Natural de Nueva York; de la Sociedad de Historia Natural de Boston; de la Sociedad de Historia Natural y Horticultura de Massachusetts; y de la Academia de Ciencias de Filadelfia. Miembro de la Sociedad de Ciencias de Búffalo; de la Sociedad de Amigos de la Historia Natural de Berlín; de la Sociedad Española de Historia Natural; y de la Real Sociedad Científica de Londres.

Murió en enero de 1891. Su funeral se efectuó en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Fue enterrado en la Necrópolis de Colón, exhumado y sus restos trasladados a la Facultad de Ciencias del recinto universitario, donde hoy reposan sus restos.

Felipe Poey es un héroe de la paz que hizo patria desde la ciencia. Contribuyó a la asimilación simbólica de las peculiaridades de la naturaleza cubana en la conciencia de la nacionalidad, nos legó una red de corresponsales a lo largo de la Isla y un valioso conocimiento de los peces cubanos.

Ciento veintiocho años después de su muerte los cubanos estamos en deuda con Felipe Poey. En Cuba, una isla rodeada de mar, el pescado, generalmente comprado en el exterior, está racionado o a precios elevados, y las más de las veces se distribuye pollo por pescado, que también hay que comprar en el exterior.